Tres libros para clase, el periódico, los e-mails,
las noticias en
Internet , tu revista favorita, la
letra pequeña de un contrato, ese bestseller del que
te han hablado… ¿Cómo leerlo todo?
Una de las claves para leer mucho y cada vez más es
aprender a acelerar la lectura. A continuación
tienes cuatro consejos para leer más rápido:
Saber qué quieres
Antes de empezar a leer, lo más importante es saber
qué quieres conseguir. ¿Quieres entender el esquema
general de un documento? Sólo tienes que escanearlo,
leyendo los títulos y quizá el principio o el final
de algunos párrafos. ¿Quieres profundizar en un
tema? Tendrás que leer más despacio para captar
todos los detalles.
Esta decisión sencilla previa a la lectura te
ayudará a marcar el ritmo y a no invertir demasiado
tiempo si no es necesario.
Crear las condiciones
Cuando ya sepas leer más rápido, podrás bloquear
todo lo que te rodea y concentrarte con facilidad en
la lectura. Para mejorar la lectura, sin embargo,
debes crear las condiciones óptimas relajándote,
sentándote cómodamente y alejándote de distracciones
como la televisión, conversaciones por teléfono,
celular,etc.
Captar bloques de texto
Cuando los niños aprenden a leer, leen letra por
letra. Muchos adultos piensan que han avanzado
porque leen palabra por palabra, pero para leer más
rápido hay que graduarse a los bloques enteros de
texto. Se trata de captar varias palabras a la vez o
la sección de una línea. Se trata más de leer por
vistazos que meditar en cada palabra. Aparte de
conseguir una lectura más rápida, esta técnica ayuda
a que los ojos no se cansen tanto.
Si quieres entrenarte para leer bloques de texto,
aleja un poco el libro. También puedes concentrarte
en el centro de la página y no mover la vista
completamente de izquierda a derecha. La idea es que
tu visión periférica captará las palabras que están
a los bordes de la página.
Practicar con frecuencia
Para leer más rápido tienes que practicar leyendo a
menudo. Vayas donde vayas, siempre lleva contigo
algo que leer. Te sorprenderás de cuánto puedes
avanzar esperando al autobús, en la sala de espera
del médico o entre clase y clase. Utiliza un
marcador pegatina que te permita volver a la línea
exacta que has dejado.
Lee distintas clases de libros y artículos, ya que
esto incrementará tu vocabulario. Cuánto más
expandas tu vocabulario, más rápido leerás, ya que
las palabras que desconoces te sirven de freno.
Los enemigos de la lectura rápida
Vocalizar o pronunciar, ya sea en voz alta o
simplemente moviendo los labios. La lectura rápida
se hace con los ojos y el cerebro.
Volver a lo que acabas de leer. Si no entiendes algo,
no te pares a leer y a releerlo. Normalmente lo
podrás entender al leer el resto del contexto.
Puedes subrayar una palabra o hacer una marca en el
margen que te recuerde a volver e investigar el
concepto que no has entendido.
Utilizar el dedo u otro objeto para ir subrayando
cada línea según lees. La excepción: Si estás
intentando aprender a no releer, puedes utilizar
algo para guiar la vista hacia delante. La idea es
que cuanto más rápido muevas el dedo o el lápiz, más
rápido leerás.
Por Elizabeth Clark Wickham
Elizabeth Clark Wickham es la directora y webmaster
de Mujer de Hoy
www.mujerdehoy.org
Fuente del artículo
http://www.articulo.org/autores_perfil.php?autor=190
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